Studio 54: el ultimo templo del hedonismo – Llegue a Nueva York por primera vez en mi vida a finales de septiembre de 1978 en mi primera parada de una vuelta al mundo que iba a durar un año. Tenia 22 años y comenzaba un año de aventura.
Tenia amigos en la gran manzana entre los que estaban el diseñador español Juanjo Rocafort que vivía en un espectacular penthouse en Olympic Tower de 5th Avenue, la diseñadora Mimi Trujillos que era intima amiga de Andy Warhol, Irma Rolon y algún que otro personaje clave de la movida neoyorquina de esos fabulosos años finales de los 70s.

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Studio 54: el ultimo templo del hedonismo
LA DIVINA CARMEN
El paso del tiempo ha hecho que no recuerde con claridad como conocí a Carmen D’Alessio pero fue en los primeros días de llegar a Nueva York. Gracias a ella se me abrieron las puertas del mítico Studio 54 y ahí pase todas las noches del mes de octubre de 1978. Los recuerdos de ese mes de desinhibición absoluta no los olvidare nunca pues fui testigo participe de la historia de Nueva York. De una época que nunca volverá. Una época irrepetible.

Es muy posible, queridos lectores, que no sepan quien es Carmen D’Alessio. Déjenme que se la presente. Les aseguro que estarán encantados de conocerla. Carmen nació en Lima y ha sido durante décadas la zarina de la noche neoyorquina. Su reputación como relaciones publicas no tiene fronteras, gracias a su habilidad para convocar a famosos y financieros y rodearlos de beautiful people. Carmen es una alquimista que conoce a la perfección la formula exacta para crear ambientesirrepetibles. Es una mujer excepcional de sonrisa cautivadora. Su arrolladora personalidad cautivan a todos los que tienen el honor de conocerla y su fuerza y energía son indescriptibles. Indiscutiblemente fue el cerebro detrás de Studio 54. Ella es parte de la historia viviente de una época irrepetible en Nueva York.

vestida por Norma Kamali el día de su fiesta de cumpleaños (Pinterest)
La divina Carmen conocía a Steve Rubell y a Ian Shrager de los suburbios al otro lado del rio Hudson y los trajo a Manhattan. Ella fue la que encontró el viejo teatro reconvertido en antiguo estudio de televisión de CBS en el 254 West 54th Street (entre Broadway y la 8 Avenida) y los convenció para que lo alquilaran. Para la cena de pre-apertura, les compro sendos trajes de Armani en Barneys y les presento a Andy Warhol y a los diseñadores Halston y Calvin Klein. Lo demás es historia.
Studio 54: el ultimo templo del hedonismo
EL TEMPLO DEL HEDONISMO
Carmen puso a Studio en el mapa organizando las fiestas mas extraordinarias como en la que Bianca Jagger celebro su treinta cumpleaños entrando en la sala a lomos de un caballo blanco, Valentino hizo de domador de circo con animales vivos o a Armani le homenajearon con un ballet de drag queens. Carmen sabia muy bien que los famosos no son siempre ricos y que los ricos no son siempre guapos ni fabulosos, pero cuando metes en un misma gran sala a ricos, famosos y guapos creas magia y a la gente le fascina la magia. Ese fue el gran secreto del éxito de Studio 54 donde se bailaba y retozaba bajo la icónica escultura de la luna creciente esnifando coca. Sin contar las fiestas bacanales de los griegos o romanos creo no ha existido nunca ni existirá un sitio mas libre que Studio 54.

A Studio fueron desde Salvador Dali, Betty Ford, John Travolta, John Lennon con Yoko Ono, Bianca Jagger, Marisa Berenson, Liza Minelli, Michael Jackson, Arnold Schwazzeneger, Jacqueline Bisset, Jackie Kennedy, la princesa Gracia de Monaco, Liz Taylor, Robert Redford,

Enla foto junto a Bianca Jagger (Pinterest)
Carrie Fsiher, Mary Taylor-Moore, Mick Jagger, Jerry Hall, Lauren Hutton, Madonna, los príncipes Egon y Diane von Furtsenberg, Truman Capote, Keith Richards, Sylvester Stallone, John Travolta, Margaret Trudeau, David Bowie, Elton John, Elio Fiorucci, Cher, Deborah Harris, Alana y Rod Stewart, Kris Kristofferson, Rita Coolidge, John McEnroe, Halston, Andy Warhol, Calvin Klein, Rudolf Nureyev, Barbara Streisand y hasta Donald Trump entre otros muchísimos famosos venidos de todas partes del mundo.

Una vez que se traspasaba el umbral de la puerta y se pasaba por lo que se conocía como el Corredor de la Alegría donde estaba el guardarropa y que era la antesala a la pista de baile, las reglas dejaban de existir. La libertad era total y absoluta y se podía dar rienda suelta a todas las pasiones y fantasías sin limites. Aristócratas europeos, estrellas de Hollywood, financieros, políticos, estrellas del pop, diseñadores, modelos y atletas se mezclaban con mecánicos de Jersey, camareros del Bronx y estudiantes de Harlem. A los de Jersey, el Bronx o Harlem solo se les pedía una cosa y es que fueran guapos a rabiar. Una vez dentro, todas las personas eran tratadas iguales. No había una obsesión con las celebridades. Ni una sola vez vi a alguien en Studio 54 pedir un autógrafo.
Studio 54: el ultimo templo del hedonismo
Todas las noches eran mágicas y llena de sorpresas, entre ellas actuaciones en vivo de divas como Grace Jones, Donna Summers, Amy Stewart, Diana Ross, Thelma Houston o Gloria Caynor.

Se cuenta que el día de la inauguración el 26 de abril de 1977 una gran masa de personas se agolparon a la puerta de la discoteca con la esperanza de poder entrar en lo que luego se convertiría el epicentro global de la locura disco y en la discoteca mas famosa del planeta. Durante 33 meses, Studio 54 reino en solitario como la discoteca mas famosa del mundo: el olimpo de la Edad Dorada.

Cuando yo conocí Studio ya se había convertido en la estatua del libertinaje. Cada noche se reunía el quien es quien del beau monde y si tu nombre no estaba en la lista no importaba quien fueras, que la entrada ya solo dependía del humor de Marc Bennecke, el portero que era una de las personas con mas poder de la noche neoyorquina. La gente le ofrecía lo que fuera para que les dejaran entrar pero nunca lo conseguían.

También, Steve Rubell se asomaba con regularidad a la puerta para dar su bendición a quien se le antojaba en ese momento. A mas de un famoso se le denegó la entrada! Se rumorea que a Warren Beatty no le dejaron entrar una noche y se sabe que ese fue el caso de Nile Rodgers y a Bernard Edwards que se fueron esa noche a casa enfadadísimos y compusieron la famosa canción “Le Freak”! Por algo dijo Andy Warhol: “La puerta es una verdadera dictadura y la pista de baile una democracia!”

Bob Colacello, el editor de la mítica revista de Andy Warhol, Interview, publico una entrevista con Steve Rubell en la que le decía: “ Es bisexual. Muy bisexual. Muy, muy, muy bisexual. Y es así como elegimos a la gente que entra. En otras palabras, queremos que la gente se lo pase muy bien y sea muy guapa.”
Studio 54: el ultimo templo del hedonismo
Entre las personas con las que coincidí prácticamente todas las noches del mes que pase en Nueva York, estaban Rollerina, un señor vestido de hada con varita mágica y que iba sobre patines y se decía que de día era un importante financiero de Wall Street; y una encantadora abuela de ochenta años a la que llamaban Disco Sally que bailo y bailo y bailo hasta que una noche murió en la pista de baile. Las noches en Studio eran el summum del arte de performance donde había niebla, viento y nieve. El sol salía y se ponía dentro del club, literalmente experimentando el amanecer y la puesta de sol!

Steve Rubell era junto a Carmen, el alma de Studio. Durante los tres años que duro el sueño, Carmen organizaba las extraordinarias fiestas y Steve, el gran showman dirigía el performance. Y los dos eran los maestros de ceremonias perfectos. Formaban un equipo perfecto. Había una cualidad teatral en Studio 54 que los asistentes al club nunca habían visto antes pues apelaba a todos sus sentidos y siempre te quedabas con ganas de mas. Yo durante el mes que fui todas las noches reconocí a personas que hacían lo mismo. Studio 54 en si, era como una droga. Necesitabas estar ahí y nunca te cansabas sino que necesitabas mas.
LUJURIA Y DESENFRENO
En los palcos de arriba de lo que fue el teatro, la gente desaparecía en la oscuridad y ahí dejo a la imaginación de los lectores lo que pasaba. Solo añado que por algo se conocía a Studio como el Palacio de los Bacanales! Y para los Vips estaba el sótano, un pequeño espacio destartalado con techos bajos donde se podía dar rienda suelta a cualquier deseo sin preocuparse de las miradas indiscretas. Fui invitado a bajar al sótano alguna noche por Steve Rubell y esos recuerdos me los guardo! Éramos todos jóvenes y estupendos!
En la pista de baile se esnifaban poppers para realzar la experiencia del baile, se tomaban las pastillas de moda del momento que se llamaban Quaaludes y por supuesto la mayoría de los asistentes tenia acceso a la mejor cocaina! En la sala los guapísimos camareros eran todos unos Adonis seleccionados por su belleza por el propio Steve y todos iban con el torso desnudo siendo parte del espectáculo visceral. Uno de ellos fue un jovencísimo Alec Baldwin.

EPILOGO
Todo sueño, tiene un fin y Studio 54 no podía durar para siempre. Tras tres años épicos Steve Rubell y Ian Shrager fueron acusados de evasión fiscal y de venta ilegal de cocaína y tras un mediático juicio fueron condenados a tres años y medio y enviados a prisión. Fue el fin del templo del hedonismo y de la era disco.
El 4 de febrero de 1980 el Studio 54 de Steve e Ian cerró con una última fiesta, “El fin de Gomorra de la Era moderna,” con Steve, Carmen e Ian como anfitriones. La fiesta se celebro dos días antes de que la pareja se fuera a la cárcel donde pasarían un año y medio y Diana Ross subió a la cabina del DJ desde donde canto para el deleite de los 2000 invitados.
Tras salir de la cárcel el 17 de abril de 1981, abrieron el Hotel Morgan en Madison Avenue.

Ian Shrager se convirtió en un hotelero de gran éxito. Steve Rubell y Peter Gatien más tarde abrieron el Palladium, un gran discoteca famosa por exhibir obras de arte de Keith Haring, Kenny Scharf, Jean-Michel Basquiat y Andy Warhol y que se convirtió en el centro de la vida nocturna del Nueva York de los años ochenta.
Steve Rubell murió por causas relacionadas con el SIDA en 1989. Donald Trump y todos los fieles de Studio 54 asistieron a su funeral.
LA LEYENDA SIGUE VIVA
En 1998, Miramax estreno la película 54, dirigida por Mark Christpher: una visión edulcorada y superficial a la que le cortaron 45 minutos de la temática gay ( parte esencial de lo que era Studio!). Como dijo un critico en su día, “minimizar el aspecto gay en una película sobre Studio 54 es igual que minimizar el hinduismo en una película sobre la India.”

Mark Christopher tuvo la oportunidad de presentar su versión de director en el Festival de Berlín en 2015 con grandes elogios de la critica. Por fin la película hizo justicia. El año pasado se estreno un interesante documental “Studio 54” dirigido por Matt Tyrnauer y disponible en Amazon Prime más centrada en la codicia de Schrager que en Bianca Jagger a lomos del caballo blanco y otros momentos legendarios de las famosas fiestas que crearon la leyenda 54. Lamentablemente en este documental prácticamente no se hace mención del protagonismo de Carmen. Un grave error.

En la actualidad, el Brooklyn Museum de Nueva York tiene una exposición Studio 54: Night Magic que estará abierta todo el verano.
Aunque Studio 54 continuo abierto hasta 1986 ya nunca fue lo mismo. Cerro sus puertas para siempre en plena decadencia pero su leyenda perdurara siempre porque es parte de la historia de una generación.
Por: Carlos Mundy
