Que el Gobierno impida que el Rey venga a Cataluña es un ataque contra el constitucionalismo catalán- Es indecente que con la excusa de la “seguridad” el Gobierno de España impida que el Rey visite Cataluña para entregar los despachos a los jueces. Esta decisión es una victoria moral increíble para el separatismo que consigue, gracias a sus habituales algaradas, expulsar definitivamente a la Corona de Cataluña.
El Gobierno le ha indicado al separatismo radical el camino a seguir: que monten tumultos y así con la excusa de la “seguridad” podrán conseguir sus objetivos políticos. Pedro Sánchez acaba de dejar tirados a los millones de catalanes que ven en el Rey el símbolo de la unidad de nuestro país, y el respeto a los valores democráticos de nuestra Constitución.
Cuando el 3 de octubre de 2017 muchos catalanes no separatistas tenían miedo, el Rey les reconfortó con un discurso vibrante en defensa de la legalidad y la unidad. Desde ese momento el secesionismo le ha puesto en el punto de mira, para derribarlo. Y desde el Gobierno de España la defensa de Felipe VI es más bien inexistente. De hecho, una parte importante del Ejecutivo se dedica a socavarlo e intentar acabar con la Monarquía Constitucional.
Que el Gobierno impida que el Rey venga a Cataluña es un ataque contra el constitucionalismo catalán
A ERC, Podemos, Bildu o JxCAT les molesta la Constitución democrática que votamos la gran mayoría de los españoles. Y el Rey la representa, y por eso intenta derribarlo. Lo que choca es que el PSOE se apunte a este juego. Los socialistas han sido el partido que más años han gobernado España desde la restauración democrática, y han sido los creadores de la mayoría del marco legal de nuestro país desde entonces.
No se entiende que los socialistas se apunten a reventar nuestro marco de convivencia con decisiones como apartar al Rey de la mayoría de los catalanes que sí queremos verlo en nuestra comunidad. A Felipe VI deberíamos verlo por Cataluña cada vez más, y si el separatismo protesta, muchos catalanes aplaudiremos.
Pero el Gobierno ha apostado por vetar su presencia con excusas patéticas. Es una indignidad y una renuncia que ofende a los que pensamos que el 3 de octubre de 2017 el Rey paró el Golpe de Estado secesionista. Ojalá Pedro Sánchez recapacite y rectifique esta decisión y pida perdón por este grave error.
Por cortesía de www.elcatalan.es El diario de la Cataluña real