La Mancha es llegar y dejarse llevar. Sentir que te rodea el mayor viñedo del mundo. Ése es el viaje. 600.000 hectáreas de viña y más de 3.000 horas de luz al año bien se merecen un ‘todo incluido’ con restaurantes, bodegas, alojamientos con vistas a los molinos o catas de vino únicas
El lejano horizonte del paisaje, la cercanía de sus gentes, el olor a tierra, la mirada de los molinos desde la sierra; una gastronomía llena de sabores mediterráneos, árabes, serranos. Las once paradas de la Ruta del Vino de La Mancha y sus 19 bodegas son mucho más que vino. Son la oportunidad de dedicar tiempo a lo sencillo. Lo de calidad. Hacer esta Ruta del Vino es poder bajar el ritmo, porque ella se ocupa de todo lo demás (alojamiento, catas, restaurantes…). Te contamos lo que se esconde tras el mejor ‘todo incluido’ de La Mancha.
El mejor enoturismo en el mayor viñedo del mundo
19 bodegas forman parte de la Ruta del Vino de La Mancha. En cualquiera de ellas podrás disfrutar de una experiencia única en la que catar sus mejores vinos. Podrás además ser testigo de la viticultura en el mayor viñedo del mundo, donde alguna bodega sigue fiel a la técnica que desde hace más de cuatro siglos elabora vino en tinajas de barro. En otras, podrás recorrer los viñedos en 4×4, hacer un picnic al atardecer o disfrutar con los más pequeños de una cata de mosto, mientras te consagras como winelover en algún exclusivo Club de Barricas.
Alojamiento con vistas: a los molinos, a la llanura manchega, a la vida del Quijote
La Ruta del Vino de La Mancha es destino para cualquier tipo de viajer@, desde el sibarita al mochilero. En ella, puedes hospedarte en hoteles como el Airén Intelier o Casa Lorenzo o buscar otras opciones entre hostales y apartamentos como La Luna, en La Solana. Si lo que buscas es vivir por unos días entre Gigantes, puedes hospedarte en Casa Rural Vamos Allá -en el Barrio del Albaicín de Campo de Criptana- en El Yelmo de Mambrino o en Casa La Venta, desde donde podrás admirar los molinos de viento desde la cama.
Para amantes de la naturaleza, El Mirador de La Mancha (Villarrubia de los Ojos) es un refugio ideal ante los Montes de Toledo, pero si lo que buscas es seguir los pasos de Cervantes por tierras manchegas, la Casa de la Torre es la opción perfecta. Una hospedería del siglo XVII en la que viajarás al Siglo de Oro a través de sus estancias. También en El Toboso, está la Casa Rural Tía Sofía, que con sus 5 estrellas garantiza todas las comodidades.
Restaurantes de Guía Repsol y Michelin, pero también de puchero
Venir a la Ruta del Vino de La Mancha incluye siempre una buena experiencia gastronómica. De hecho, es difícil entender el enoturismo si no va de la mano de los sabores más auténticos de la cocina manchega. A lo largo de su recorrido, puedes encontrar el sello Bib Gourmand de la Guía Michelin o los Soles de la Guía Repsol tanto en los platos de Teresa Gutiérrez, laureada chef al frente de Restaurante Azafrán (Villarrobledo), como en las propuestas de Restaurante Las Musas (Campo de Criptana). Dos citas ineludibles para los foodies consagrados.
Pero la gastronomía manchega es tradicional en esencia y muchos son los lugares que la Ruta del Vino de La Mancha incluye en su plan de viaje para amantes de los sabores de siempre. Bares y restaurantes que llevan años mejorando las recetas caseras y son parada ineludible para el que busca disfrutar de un gazpacho manchego, una caldereta o unas buenas gachas.
Tiendas gourmet, queserías y enotecas. Catas y espacios de degustación
Para poder conocer el paladar de los vinos de la Ruta del Vino de La Mancha es imprescindible acompañarlos de bocados que eleven su valor. Para ello, la Ruta incluye en su recorrido un listado de tiendas gourmet como Casa Ortega o Hijas de García Perona, que ofrecen al viajero los mejores productos, como el queso manchego, que se puede adquirir también en lugares como Quesos Artesanos Serrano Flores o dulces, como los de la Panadería Orejón.
Una agenda llena siempre de planes y tradición
Los humedales de la Mancha Húmeda, las Rutas del Bombo, los museos dedicados al mundo del vino, entre otros muchos dedicados al mundo cervantino y al arte moderno, (CI del Vino y Mº de la DO La Mancha, Torre del Vino, Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera o el Museo Etnográfico de Villarrubia de los Ojos, etc). Hay tradiciones que aún pueden sentirse. Para los que vienen buscando ese tipo de emociones, está la Romería de la Virgen de las Viñas de Tomelloso, que celebra su 80 aniversario y fue declarada de Interés Turístico Regional (26-28 de abril), o el Mayo Manchego de Pedro Muñoz, declarado de Interés Turístico Nacional y la mejor excusa para acercarse a la Ruta del 26 de abril al 5 de mayo.
Pero Cervantes y la gastronomía manchega, universal gracias a El Quijote, también son un gran reclamo. En primavera son muchas las citas que atraen al viajero por este motivo. La Feria de los Sabores de la Tierra del Quijote (25-28 abril en Alcázar de San Juan), las Jornadas Cervantinas (Campo de Criptana y El Toboso del 20 de abril al 1 de mayo) o la Lectura Colectiva de El Quijote en Argamasilla de Alba son solo algunos de los planes. El gancho perfecto para luego quedarse a disfrutar de las Cruces de Mayo de Socuéllamos o pasarse por Villarrubia de los Ojos el primer domingo de mayo a vivir la Romería del Lunes de Resurrección y de San Cristóbal.
Más información en www.rutadelvinodelamancha.com