Tras el éxito de la edición del año pasado del Festival de Salzburgo, que sorteó hábilmente las restricciones de la pandemia, en 2021 un público envalentonado y mucho más numeroso hizo que la asistencia volviera a acercarse a los niveles anteriores a la crisis. Los amantes del arte de todo el mundo acudieron a apoyar representaciones de gran calidad, como el estreno, en agosto de 2021, de la nueva producción de Michael Sturminger de la espléndida Tosca de Giacomo Puccini.
El reparto incluía a Anna Netrebko como Floria Tosca, una estrella de la ópera romana -muy a propósito-, Yusif Eyvasov como Mario Cavaradossi, un pintor, y el barítono francés Ludovic Tézier como el imponente y peligroso Barone Scarpia (jefe de policía romano). La siempre magnífica Filarmónica de Viena actuó bajo la dirección musical de Marco Armiliato.
La historia de la ópera, Tosca, es muy contemporánea: Un refugiado político busca refugio con su amigo artista. Aunque el arte y la política llevan mucho tiempo entrelazados, lo vemos especialmente en los dos últimos siglos. Giacomo Puccini escribió Tosca poco antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial, durante la agitación política del cambio de siglo.
Antes de que Puccini la convirtiera en una ópera en tres partes, La Tosca comenzó como un drama en cinco actos del dramaturgo francés Victorien Sardou, y se representó por primera vez el 24 de noviembre de 1887 en el Théâtre de la Porte Saint-Martin de París. La historia original dramatizaba la intriga política y el romance de la vida durante las guerras napoleónicas.
Bajo la dirección de Michael Sturminger, Tosca se sitúa en la segunda mitad del siglo XX. Floria Tosca aparece en el escenario con el aspecto de una diva de los años 60, con un abrigo hasta la rodilla de color marfil (obra de la diseñadora de vestuario Renate Martin), gafas de sol de Jacqueline Kennedy y un bolso con cristales (cristales del mecenas del Festival de Salzburgo, Swarovski).
La vemos en tres situaciones muy diferentes: Con un elegante abrigo en una iglesia barroca, más tarde en el magnífico Palazzo Tarnese, con un gran vestido de noche, saliendo directamente del escenario tras su concierto, y finalmente con pantalones y chaqueta de cuero, huyendo con su amante.
Su vestuario indica su posición social como estrella de la ópera, y también como persona privada y pública. Anna Netrebko está en su elemento representando a Floria Tosca, célebre soprano de ópera, una mujer enamorada que se mantiene en un mundo de patriarcas y déspotas políticos. El tenor dramático Yusif Eyvasov ofrece una actuación memorable como el pintor Mario Cavaradossi, en peligro mortal por esconder a un prisionero político, destinado a morir por amor. Ludovic Tézier, un consumado barítono principal, en el papel de Il Barone Scarpia, resulta, sin embargo, demasiado teatral y no resulta del todo convincente como el gran seductor.
Adolfo Hohenstein ya había realizado un diseño de vestuario para Tosca en 1899, cuando el papel principal iba a ser interpretado por la gran Sarah Bernhard. Tanto la obra de teatro original como la versión operística presentan una sociedad en la que las maquinaciones mafiosas llegan a las más altas esferas de la Iglesia y el Estado, donde abundan los chantajes y las intrigas políticas.
El estreno de Tosca en Roma (1900) tuvo que ser aplazado por amenazas de violencia, debido a su contenido político y su aparente crítica a las figuras de autoridad.
El arte imita a la vida una vez más, en el tenso clima político actual; Anna Netrebko y Yusif Eyvazov publicaron un comunicado a principios de marzo de 2022 en el que hacían referencia a la invasión de Ucrania por parte de la Rusia neobolchevique. La pareja decidió cancelar su concierto en Dinamarca, como protesta diplomática, declarando «Son días muy tristes y estamos profundamente preocupados por el bienestar de todas las personas implicadas. Toda guerra es una terrible tragedia».
Mientras tanto, la soprano reanudará sus actuaciones a finales de mayo, después de haber anunciado en los primeros días de la invasión de Ucrania que daba «un paso atrás» en los escenarios. La cantante de ópera declaró: «No es el momento de hacer música y actuar».
Ludovic Tézier (Il Barone Scarpia), Ensemble. © SF / Matthias Horn
No obstante, el Festival de Salzburgo 2022 se celebrará sin que le afecten las nuevas convulsiones del mundo en general, como ha hecho durante 100 años. Este acontecimiento anual, verdadero templo del arte, se ha convertido en una institución que da esperanza e inspiración, especialmente en tiempos difíciles.
Una de las representaciones más singulares, puesta en escena por el Salzbuger Landestheather (Teatro Estatal de Salzburgo) en 2020 y 2021 Elfos y Errores, ofreció una deliciosa y juguetona interpretación de Shakespeare.
Celebrada en los jardines del castillo Max Reinhardt, Schloss Leopoldskron, los visitantes fueron atraídos a seguir a un grupo de actores por los terrenos junto a un lago perfecto. La representación interactiva recordaba a las escenas de la película «Shakespeare enamorado» por sus caprichosos diálogos, que tenían lugar bajo los árboles, en un anfiteatro, sobre el césped.
La puesta en escena de Carl Philip von Maldeghem presenta en elfos y espejos personajes de algunas de las obras más queridas de Shakespeare, con un reparto joven. Y como por arte de magia, el característico tiempo lluvioso de Salzburgo (llamado «Schnuerlregen» por los lugareños) dio paso a que el sol sonriera a esta obra de amor, sufrimiento y lujuria.
Una mirada al futuro para 2022: El Festival de Pentecostés (3-6 de junio de 2022) tendrá lugar bajo la dirección artística de la italiana Cecilia Bartoli, con un tema sevillano. La Sra. Bartoli, cantante de ópera mezzosoprano y recitadora, actuó por primera vez en su carrera como Rosina en Il Babiere di Siviglia (El barbero de Sevilla de Rossini) en Sevilla. La vibrante escena cultural de la ciudad, mezcla de árabe y español, ha inspirado numerosas óperas, obras de teatro y composiciones musicales a lo largo de los siglos. El festival incluirá, por supuesto, Il Barbiere di Siviglia, y a Ceclia Bartoli como Rosina, así como una noche de conciertos de piano de los compositores españoles Enrique Granados, Manuel de Falla e Isaac Albéniz.
© SF / MarcBorelli
El punto de referencia de Sevilla, la torre de oro, da nombre al concierto del sábado por la noche en la Haus für Mozart (Casa de Mozart) ese mismo fin de semana, donde habrá una presentación de música tradicional, para terminar con una lista de luminarias de la ópera, como Plácido Domingo, John Osborn, Rebeca Olivera, María Agresta, Cecilia Bartoli, así como dúos y conjuntos, con Gianluca Campuano dirigiendo Les Musiciens du Prince-Monaco.
También está el Programa Juvenil del Festival de Salzburgo JUNG UND JEDE*R, que expone al público joven a óperas y obras de teatro, incluyendo a jóvenes, de 8 a 14 años, y a niños de tan sólo 6. La ópera Der Teufel mit den Drei Goldenen Haaren (El diablo de los tres cabellos de oro) se dirige a los niños, por ejemplo, mientras que las representaciones Wut (Ira) e Ich liebe Dich (Te quiero) se dirigen a los jóvenes adultos, abordando sentimientos complicados. El compositor Gordon Kampe y el director Sebastian Bauer son las principales fuerzas creativas del programa, que tendrá lugar desde finales de julio hasta agosto de 2022.
Del 28 de julio al 11 de agosto, el Landestheater presenta Reigen, de Arthur Schnitzler. El autor y dramaturgo austriaco escudriña la moral sexual y la ideología de clase de su época, el siglo XIX (publicada en 1900), a través de sucesivos encuentros entre parejas de personajes. Queda por ver cómo los protagonistas de esta versión actualizada de la obra trascienden el tiempo presente.
Una versión cinematográfica francesa de Reigen de los años 50, llamada La Ronde, presentaba a la actriz Simone Signoret como la prostituta que se encuentra con un soldado interpretado por Serge Reggiani, que luego se relaciona con una criada, interpretada por Simone Simon. El tiovivo continúa hasta volver al principio, constituyendo una intrigante historia de amor e infidelidad.
Otro punto destacado e innovador del Festival de Salzburgo 2022 es el emparejamiento de la ópera Herzog Blaubart’s Burg (El castillo de Barba Azul), de Bela Bartok, y De Temporum Fine Comoedia, de Carl Orff, un libreto con textos de profecías sibilinas e Himnos de Orfis, presentados en griego antiguo, latín y alemán.
El poema clásico medieval de Dante, La Divina Comedia (1321), puede haber servido de punto de partida para la yuxtaposición de las dos obras: El castillo condenado de Barba Azul, representado como un drama psicológico, que se concentra en la última víctima del Asesino de Doncellas, Judith, y la reinterpretación sonora de Orff de La Última Cena, donde el mal es el bien, y Lucifer se transforma en el «portador de la luz».
La atrevida yuxtaposición de ambas composiciones presenta aquí una intrigante inmersión en el drama psicológico, por un lado, y en el oratorio espiritual, por otro.
El punto fuerte del Festival de Salzburgo ha sido siempre barajar la baraja, presentar cada año la ópera, los conciertos musicales y el teatro bajo una nueva luz, asegurando que incluso las obras de siglos pasados vuelvan a ser frescas para las sucesivas generaciones de jóvenes y mayores.
Reimpreso en colaboración con M / intheArtworld.com / Nueva York
©️ SF / Erika Mayer
Por Elga Wimmer
